jueves, 18 de agosto de 2011

La eterna juventud de César (I)


Cuando un jugador de campo llega a la treintena de años se suele decir que no le queda mucho para retirarse. Pero si es un portero, nadie se atreve a decirlo. Y es que su posición en el campo, que exige un menor despliegue físico en primera instancia, le permite durar varias temporadas más en la elite. De hecho, muchos porteros llegan a su mejor momento por esa edad, y entre ellos hay uno al que le dieron por acabado varias veces y acabó volviendo a dar lo mejor de sí. Nacido en Coria (Cáceres), en 1971, él es César Sánchez.

Con 39 años, y a unos días de cumplir los 40, César comienza ahora su quinta aventura en un equipo de la liga española con el Villarreal, aparte de su paso por el Tottenham inglés. Y eso que debutó a los 20 años, en 1992, cayendo con el Valladolid contra el FC Barcelona por 0-6. Parece que era un mal día para empezar, pero se sobrepuso a ello y defendió la portería del conjunto de Pucela durante el resto de la década, hasta el 2000. Y lo hizo de manera tan eficaz que acabó fichando por todo un Real Madrid, que se acababa de proclamar campeón de la Liga de Campeones, y que pagó 1.000 millones de pesetas por un guardameta.


En su primera experiencia en un club grande tuvo sus primeros problemas para alcanzar la titularidad. Pese a partir como suplente de un joven Iker Casillas, consiguió arrebatarle el puesto en el tramo final de su segunda temporada en el conjunto blanco, hasta llegar a comenzar de inicio la final de la Liga de Campeones ante el Bayer Leverkusen. Una desafortunada lesión en la segunda parte le impidió acabar el partido y le dio una nueva oportunidad a Casillas, que tampoco la desaprovechó. En las siguientes temporadas aprovechó los encuentros de Copa del Rey para continuar estando al primer nivel.

En 2005 buscó un nuevo destino. Fichó por el Real Zaragoza, que acababa de volver a Primera División tras un breve paso por la categoría de plata. Emergió de nuevo como un referente en el club maño pese a que ya tenía 34 años. En sus tres temporadas en las filas del conjunto aragonés consiguió un subcampeonato de la Copa del Rey y la clasificación para la Copa de la UEFA. Pero no pudo acabar de la mejor forma su estancia allí… porque acabó descendiendo de nuevo a Segunda División, pese a contar con un equipo con Ayala, Aimar o Diego Milito entre otros.

A punto de cumplir los 37 años, se le daba prácticamente por retirado en España. Acababa de descender con el Zaragoza, pero en el mercado internacional seguía teniendo un cierto nombre. Tanto, que lo fichó el Tottenham inglés, que trataba de comenzar un proyecto que en pocas temporadas culminaría con su participación en la Liga de Campeones. Lo cierto es que César no era protagonista en los Spurs. Fue directo al banquillo, como suplente del brasileño Gomes, cuyo perfil de cancerbero de alta estatura respondía mejor a los habituales balones aéreos del fútbol inglés. Parecía que ya estaba en el ocaso de su carrera, pero pronto le llegaría una nueva oportunidad a orillas del Mediterráneo.

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