En el terreno de juego hay muchos jugadores, pero sólo un portero por equipo. Son especiales, muchas veces se dice que están "locos", pero tienen una forma de ver el fútbol muy particular respecto al resto. Son los cancerberos.
jueves, 6 de octubre de 2011
El muro de Javi Varas
Piedra a piedra, paso a paso, desde que empezó a jugar en los campos
de tierra de su barrio sevillano, Pino Montano, Javi Varas ha ido
creciendo para construir el muro que ahora mismo cierra la portería
sevillista. No se trata de uno de esos futbolistas que ha sido mimado
por una cantera de un club grande desde que eran bien jóvenes. No. Javi
Varas ha ido escalando poco a poco desde equipos humildes de regional
hasta la primera división española. Y ahora mismo está a punto de
superar el récord de imbatibilidad de un guardameta con la camiseta
sevillista. El actual portero del Sevilla, ya pasada la edad de
juvenil, tuvo que iniciar su carrera en el Nervión en primera regional,
y con 21 años aún estaba jugando en regional preferente con el San
José. A estas edades, los futbolistas que no han destacado ya,
difícilmente llegan a la elite. Por eso, el caso de Varas es tan
sorprendente. Su proyección dio un vuelco cuando el Sevilla FC
se fijó en él en 2004. El primer año fue cedido a un conjunto de
segunda B, el Alcalá, donde siguió poniendo una piedra detrás de otra,
con la esperanza de algún día llegar al primer nivel. Tan sólo una
temporada después ya pudo vestir la camiseta sevillista, pero la del
filial, también en segunda B. Además, con el Sevilla Atlético consiguió
el ascenso a segunda división en la temporada 2006/07, siendo el
cancerbero el protagonista en la tanda de penaltis clave ante el
Pontevedra. En cuatro años, había pasado de competir en primera
regional a hacerlo en la categoría de plata del fútbol español. El muro
de Javi Varas ya iba cogiendo forma y Manolo Jiménez, que había sido su
entrenador en el filial, le dio la oportunidad de compartir la portería
del primer equipo con Andrés Palop, posiblemente el portero que mejor
rendimiento le ha dado al Sevilla en toda su historia.
Después
de dos temporadas en la suplencia, con actuaciones esporádicas por
lesiones o sanciones de Palop, el curso pasado Gregorio Manzano le dio
la alternativa a Varas, que cumplió a la perfección, sin que el nivel
del equipo en su posición se resintiera, pese a la alargada sombra del
valenciano. Y para rematar su progresión, este año, el nuevo técnico,
Marcelino, le ha refrendado en su puesto. El cancerbero sevillano ha
respondido a esta confianza de la mejor manera. Ahora mismo es el
portero menos goleado y está a punto de finalizar en su portería un
muro casi infranqueable para sus rivales con sus rápidos reflejos. El
pasado domingo sin ir más lejos, mantuvo la portería a cero en el
Vicente Calderón ante el Atlético de Madrid, y sacó un balón
espectacular con la punta del pie a Falcao, que habría podido suponer
la derrota de los suyos. Varas lleva ahora mismo 379 minutos
sin encajar un tanto. Si en el próximo partido ante el Sporting de
Gijón dejara la portería a cero, ya se convertiría en el segundo
cancerbero que más tiempo ha estado imbatido en el Sevilla, superando a
Unzué, Paco, Notario y Buyo. La hazaña sería aún más grande si
aguantara 41 minutos más ante el todopoderoso Barcelona de Pep
Guardiola, pues conseguiría el récord en la historia de su club,
adelantando a todo un mito al que ha relegado a la suplencia, Palop.
Sería un precioso broche final a ese muro que lleva construyendo a
partir de las piedras de aquellos campos de la regional andaluza.
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