martes, 15 de noviembre de 2011

Destronado Zubizarreta

La estela de Iker Casillas brilla hoy en el amistoso que la selección española disputa ante Costa Rica. El de Móstoles conseguirá el récord de internacionalidades del combinado nacional, con 127 partidos. Pero para ello alguien ha tenido que participar en 126 encuentros, y ese es Andoni Zubizarreta, que durante 14 años fue el buque insignia de la portería española.

Hasta hace poco, si un nombre era sinónimo de récords en cuanto a longevidad en el fútbol español, ese era Andoni Zubizarreta. El cancerbero alavés, además de ser el internacional con más partidos en la selección fue el primer futbolista en disputar más de 50.000 minutos en la primera división española. En ese período, llegó a disputar cuatro Mundiales y dos Eurocopas, y en su palmarés figuran 15 títulos (2 ligas, 1 Copa del Rey y 1 Supercopa de España con el Athletic, y 6 ligas, 2 Copas del Rey, 1 Supercopa de España, 1 Copa de Europa, 1 Recopa y 1 Supercopa de Europa con el Barcelona), además de un Trofeo Zamora. No obstante, su despedida del fútbol no fue todo lo agradable que hubiera merecido alguien con esos números.

No se trataba de un portero mediático, ni sus acciones eran espectaculares. Sus principales argumentos eran la sobriedad, la colocación y el dominio del juego aéreo. Sin embargo, eran características que no vendían su imagen ni en la prensa ni entre los aficionados. Y esa falta de consideración hacia su trabajo fue clave para que no se le otorgara un trato justo a su trayectoria en los dos momentos más críticos de su carrera.

El 18 de mayo de 1994, Zubizarreta jugaba su segunda final de la Copa de Europa. Dos años antes, su equipo, el Barcelona, la había ganado en Wembley, y se disponía a volver a hacerlo esta vez en Atenas frente al Milan, en un partido en el que partía como favorito. El resultado final fue nefasto. Los italianos pasaron por encima de los azulgrana y les endosaron un doloroso 4-0. La primera víctima fue el propio Zubizarreta, al que a la mañana siguiente la directiva le comunicó que no continuaría como portero culé. Era el inicio del desmantelamiento del llamado “Dream Team”.

Pese a aquel duro golpe que le dio la que había sido su casa durante ocho años, Zubizarreta continuó su carrera en el Valencia y siguió contando con la confianza del seleccionador Javier Clemente para liderar la portería nacional. Y fue en sus últimos días con la selección en los que se consumó su retirada. En el debut de la selección en el Mundial de Francia de 1998, España cayó ante Nigeria por 3-2, y el tercer gol de las Águilas Verdes fue obra del propio Zubizarreta en propia meta, al intentar atajar un centro de Lawal. Esa derrota condicionó el devenir del equipo español en la competición, de la que fue apeado en la primera fase, y también el futuro profesional del guardameta vasco. Las críticas de periodistas y aficionados se cebaron con él y, definitivamente, al acabar el Mundial, decidió anunciar su retirada sin recibir la compasión ni el reconocimiento de casi nadie. Una triste despedida para una brillante y dilatada trayectoria.



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