En el terreno de juego hay muchos jugadores, pero sólo un portero por equipo. Son especiales, muchas veces se dice que están "locos", pero tienen una forma de ver el fútbol muy particular respecto al resto. Son los cancerberos.
jueves, 24 de noviembre de 2011
Jugar bien y llevarse siete
¡Qué difícil debe ser recibir
siete goles y quedarse con la sensación de haber hecho un buen partido!
Así es como debió sentirse Laszlo Koteles, el portero del Genk, después
de que su equipo fuera vapuleado ayer por el Valencia. El meta húngaro
llegó a realizar no menos de seis paradas de enorme mérito, y no se le
puede achacar error alguno en ninguno de los tantos que encajó. Aún
así, pese a haber presentado buenos argumentos para defender con nivel
la portería de su equipo, su nombre pasará a engrosar las estadísticas
de porteros que han recibido contundentes goleadas en la Champions
League. La actuación de Koteles en Mestalla y el resultado que
se produjo son una buena muestra de que un portero debe estar
acompañado por todo el bloque del equipo. Si sus compañeros no saben
desenvolverse bien en tareas defensivas y no cierran los espacios al
rival de manera adecuada, por muy bien que se encuentre el cancerbero,
su equipo saldrá goleado. Y más aún cuando en el rival juegan
delanteros tan oportunos como Soldado o Jonas.
No obstante, el
guardameta magiar ha dejado buenas sensaciones en la temporada de su
debut en la Champions League. Pese a estar acostumbrado a jugar en
ligas europeas menores (tan sólo ha jugado en las ligas húngara, serbia
y belga), Koteles ha rallado a buen nivel y ha realizado dos grandes
actuaciones en esta edición de la máxima competición continental que le
han valido a su equipo para sumar dos puntos ante rivales de mucha
mayor entidad. En la primera jornada, Koteles y su defensa
consiguieron desactivar a la misma línea ofensiva que ayer le hizo un
roto, y arrancaron un empate a cero que fue celebrado por la afición
como si de un título se tratara. El mismo éxtasis produjo el empate a
uno ante el Chelsea (los mismos “blues” le habían endosado cinco dos
semanas antes), en un choque en el que Koteles se volvió lucir e
incluso le detuvo un penalti a David Luiz. Ahora, al húngaro le queda
un último partido ante el Bayer 04 Leverkusen para limpiar la imagen de
su club, porque su honra, pese a las dos goleadas, está bien salvada.
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