Cuando hablamos de porteros, solemos calificar de “heroicidades” a
penaltis parados, rechazos a bocajarro o actuaciones espectaculares.
Sin embargo, esta definición realmente carece de sentido, pues el
fútbol tan sólo es un juego en el que se gana o se pierde. Como bien
dijo el entrenador italiano
Arrigo Sacchi, “el fútbol es la cosa más
importante de las cosas menos importantes”. Pero el que fue portero del
Sporting,
Jesús Castro, sí que fue un héroe de verdad, de los que hizo
algo realmente importante. Un niño inglés y el mar dieron buena cuenta
de ello.
Jesús Castro era el hermano de
Quini, gran goleador de
los años 70 y 80 en el Sporting de Gijón, el FC Barcelona y la
selección española. Llegó a disputar 13 temporadas en Primera División como cancerbero del Sporting,
fue dos veces subcampeón de Copa y estuvo a punto de ser campeón de
liga con el equipo asturiano. Pero el partido más importante de su vida
le llegó mucho más tarde.
Nueve años después de retirarse, el
26 de julio de 1993, Jesús disfrutaba de un día plácido con su familia
en la playa de Pechón, en Cantabria. Desde la orilla, divisó los
aspavientos de varios brazos en el agua. Vio que alguien corría peligro
y no lo dudó un instante, acudió en su búsqueda. Se trataba de un niño
inglés al que la corriente le había sorprendido. Consiguió salvarle la
vida. Pero su heroicidad pagó un precio muy alto. Mientras se
completaba la operación de rescate del pequeño, él seguía en el agua.
Nadie se dio cuenta de que estaba agotado, y el mar acabó llevándose su
vida por delante, a sus 42 años.
Ahora, 18 veranos después de
aquella hazaña, un joven británico puede disfrutar de su juventud
gracias a la valentía de Jesús Castro, que acabó dando su vida por la
de un desconocido. Aquella sí fue una gesta digna de quedar en los
anales de la historia del fútbol. Descanse en paz.
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