Desde hace una década se pusieron de moda las rotaciones. Ante la
gran acumulación de partidos, sobre todo de los equipos que participan
en competiciones europeas, los entrenadores suelen repartir los minutos
entre los integrantes de su plantilla con tal de optimizar su
rendimiento físico. Sin embargo, hay una posición que todavía no está
acostumbrada a las rotaciones: la portería.
Los guardametas no
están obligados a realizar el mismo desgaste físico que los jugadores
de campo, así que el cansancio no es buena excusa para rotarlos. La
única base para turnarlos es la confianza, pero puede ser un arma de
doble filo. Hasta el momento, la mayoría de entrenadores solía otorgar
los partidos de la copa doméstica a los porteros suplentes para que se
mantuvieran activos, se siguieran sintiendo parte del equipo y pudieran
estar preparados para una eventual sustitución del cancerbero titular
por motivos mayores. Pero
Unai Emery, técnico del Valencia, ha dado un
paso más. Pese a haber contado en Liga con
Guaita como titular, en la
Liga de Campeones (la competición más importante en el panorama
internacional) alineó de inicio a
Diego Alves… para unos días más
tarde, volver a contar con Guaita ante el Sporting en Liga.
La
justificación de Emery se basa en el buen trabajo y rendimiento de
ambos, que le permite otorgarle la confianza a los dos para jugar
cualquier partido. De esta manera, dándole un partido de Liga de
Campeones a Alves le demuestra que cuenta con él incluso para los
partidos más importantes. Es decir, la rotación supondría un mensaje de
confianza.
Pero a su vez, también puede suponer un mensaje de
inestabilidad. La portería es una posición muy específica que suele
implicar un liderazgo y una confianza única, a sabiendas de que un
simple fallo puede costar un partido entero. El hecho de alternar a los
dos porteros puede provocar que uno de los dos considere que al mínimo
error tendrá muchas dificultades para volver a jugar, lo cual no ayuda
en la toma de decisiones ni en la acumulación de confianza.
En
un principio parece que a Emery le ha salido bien la jugada, puesto que
tanto Alves como Guaita rayaron a un nivel exquisito y mantuvieron sus
porterías a cero ante el Genk y el Sporting respectivamente, con
algunas intervenciones de mérito. Pero, ¿mantendrá Emery su apuesta por
Alves en Liga de Campeones ante el Chelsea, un rival de gran entidad,
en la próxima jornada?
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